ENTREVISTA: SOOLANGE GARCÍA del iNSTITUTO "Toulouse Lautrec"
¡No hay papel seguro!: La travesura constante de Karry Carrión
Para Julio “Karry” Carrión la fuerza del artista yace en su soledad, pues sin soledad no hay concentración y sin concentración no se puede crear, pero gracias a la insistencia de su padre, Karry no está solo, tiene una familia en la que encuentra inspiración y que respeta su tiempo en el estudio, lugar donde bocetea sobre los cuadernos viejos que van dejando sus hijos.
Gracias a eso, Karry ganó más de 80 premios alrededor del mundo, pues su arte es inquieto y llama a la reflexión. Él es artista gráfico, caricaturista, autor de las Karrycaturas que a muchos de nosotros nos sacó una sonrisa con su humor. Él es uno de los caricaturistas con más trayectoria en el Perú y en el mundo , su humor gráfico traspasó fronteras, dibujo en casi todos los periódicos nacionales y en revistas extranjeras. A pesar de su edad aún no piensa retirarse, pues el aplauso, como él le dice, vive en él.
Foto: Karry Carrión
Su madre, como él la describe, fue una mujer criolla, de barrio, popular, mientras que su padre fue el intelectual de la casa, el de los libros, el filósofo, el artista que salió de Bellas Artes. Karry, por su parte, el hijo mayor del matrimonio, desde los 7 años de edad cantaba y bailaba en las fiestas de sus vecinos. Estaba acostumbrado a los aplausos y a la atmósfera artística que lo perseguía. Sin embargo, la vida no siempre fue dócil con él.
“A veces los padres no comprenden. Te dicen: ¿vas a ser artista? te vas a morir de hambre. Esa es la primera barrera. ¡Mi padre me decía eso! me dijo que me dedicara a otra cosa. Entonces me dediqué a ser analista de sistemas, probé estudiar informática y comunicación, pero la verdad que cuando está hecho tu destino, no hay nada que te detenga”, contó Karry.
En el 79, siguiendo la sugerencia de su padre de estudiar algo más que arte, comenzó sus estudios en el Instituto CESCA, pero el espíritu travieso que nacía de él lo superó. Un día, según cuenta, dibujó una caricatura de su profesor y fue compartida por todos sus compañeros. Ese día, Karry pensó que el llamado de atención sería con un tono severo y amargo, pero de hecho, fue la persona que lo devolvió al camino del arte, pues ese día su profesor le preguntó por qué estudiaba analista de sistemas, si lo suyo era dibujar cartoons, entonces le dió una beca para estudiar dibujos animados.
El tiempo pasó, y Karry consiguió un trabajo fijo que le pagaba por sus dibujos, es así que a los 26 años regresa a La Victoria por su padre. Toda la gratitud que él sentía por su papá fue el incentivo para comprarle los lienzos y devolverle el tiempo que perdió como artista, quien a diferencia de Karry, su arte era más de lienzo, texturas, formas y colores, mientras que su hijo buscaba otra cosa dentro del papel, buscaba un dibujo que transmita un mensaje, que indujera a la reflexión, que denunciara. Para Karry el dibujo es una herramienta con la que llega al alma de las personas y deja un mensaje, pues dibujantes hay muchos.
Su papá se quedó con él hasta el año de su fallecimiento en el 2013. Ahora Karry se sumerge en su estudio solo, rodeado de todos los premios que ganó con su arte.
No podría haber una persona más orgullosa de su trabajo que él, pues sin dudarlo me muestra varios de sus dibujos, de sus libros, de sus proyectos y de su vida. Me muestra su tablero de trabajo, está un poco desorganizado, pero está bien, él lo entiende, él lo hizo y no deja que nadie lo ordene, pues en su caos tiene mucho sentido. Las ideas no faltan y tampoco teme compartirlas con los artistas más jóvenes o con cualquiera que quisiera aprender sobre los cartoons. Karry dicta talleres sobre los mecanismos que él tiene para dibujar, pues él sabe que todos pueden crear. También sabe que ser artista en Perú no es fácil, hay que ser guerrero para serlo. Él dice que es un trabajo muy sacrificado, que no es fácil vivir de eso, pero la pasión y felicidad se le nota por los poros, resalta en su voz y sus manos inquietas.
Karry Carrión es un artista completo que ve oportunidades incluso frente a las puertas cerradas. Así es él, saca tiempo de donde puede para vivir el sueño de muchos. Actualmente se encuentra sumergido en un proyecto con su editorial ISPEKA, con sus socios Martin Isla y Javier Peralta: tienen 3 libros publicados que están en la Biblioteca Nacional sobre los dibujantes peruanos, pues según contó, nadie se preocupa por ellos. Él está emocionado de seguir con este tributo a los grandes dibujantes y espera poder compartirlo con los jóvenes talentos.
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